El concepto de autoconsumo designa a aquel tipo de consumo final tanto de productos y servicios por parte del propio productor de los mismos. Así, por ejemplo, la generación energética mediante placas que lleva a cabo en una vivienda cuya misión es abastecer justamente el consumo de esa vivienda se considera autoconsumo.
Básicamente, entonces, el autoconsumo se caracteriza porque quien produce utiliza parte o toda la producción que lleva a cabo para satisfacer sus propias necesidades.
Puede suceder que toda la producción que se genera se destine exclusivamente al consumo de sus productores o que el resto de la producción que no se consuma se destine a la venta o almacenaje para su posterior consumo.
Estas variantes son las que dan lugar a los tres tipos de instalaciones de autoconsumo que se pueden dar:
Este tipo de instalaciones están normalizadas en España por el Real Decreto 900/2015 en el cual se regula las condiciones administrativas, técnicas y económicas de las modalidades de suministro de energía eléctrica con autoconsumo y de producción con autoconsumo.